sábado, 1 de diciembre de 2007

Don Salsapatorrillo Berení Cespicuende



Don Petrimetre Abantoyciérbana Txotx, desde muy pequeño, era bajito. Él no es que no pudiera crecer, es que no quería.

Él, Luis, iba para silla desde su más tierna mocedad. Su abuela materna, que era una vecina venida a menos, le decía: "Uy qué mono, si tiene cara de taburete". Porque era una mujer sin estudios, ya que se los había dejado un día en el dentista y se los habían puesto de empaste a una bruite leonado.

Y toda la familia creía que el niño tenía cara de silla y casi ni le daban de comer, porque pensaban que para andar a cuatro patas tampoco hace falta mucho.

Hasta que un día, un anticuario que entró por error en el baño cuando la abuela se aseaba y por lo que se le paralizó el bajovientre para toda la vida, dijo: "Pero, hombres de Dios, ¡si este niño es un sillón Luis XIV con incrustaciones de pan de oro!" Y todo cambió a partir de ese momento. La gente le dejaba pasar y se inclinaba ante él, y le decía: "Majestad", y ya no le dejaban encima los gatos ni las llaves inglesas.

Él, por sacarse unos durillos para comprarse un esqueleto de abejorro, se ofrecía como silla en los cines, en la playa y en los desfiles militares. La gente se sentaba encima con mucho gusto, Luis, y le daba lo que buenamente podían, y si alguno se quería marchar sin pagar, don Petrimetre les mordía los tobillos, excepto si era pobres, entonces les sacaba los ojos con un cascanueves (*).

A tanto llegó su fama y elegancia, que quiso presentarse en la Bienal de Mutriku, dedicada a la estabulación de la vaca de Jersey, y murió por una rotura de columna cuando lo cubrió un toro embravecido que se había apostado con los amigotes a que tenía un hijo mitad toro mitad sofá. Y don Petrimetre Abantoyciérbana Txotx murió con las cervicales hechas polvo, Luis, en el momento de dar a luz un precioso cabestro-cama estampado con tres plazas.

¡Santo Varón, Luis, Santo Varón!

1 comentario:

El Erudito dijo...

¿Qué os podría contar que no sepáis ya de Don Antton María Conspicuscente y Nebulosadeandrómeda?

Santo varón, mis comensales, santo varón. Y no lo digo porque yo sea su reencarnación, que tampoco, sino que como ya os lo sabés todo pues no os digo nada.

¡¡Buen provecho con vuestras vidas ejemplares!!